Step Up (Touchstone Pictures)
Causa: Autobús
Empresa: Vía Bariloche
Cuando una película comienza con una coreografía no
queda de otra que hacerse a mucha buena vibra: una película atroz está a punto
de comenzar. Desde tiempos inmemoriales el hombre de verdad ha odiado los
musicales o esa horrible tendencia de Fama de hacer películas de baile. Una de
las peores sin duda es la supuesta segunda parte de Saturday Night Fever donde
vemos a un Travolta ochentero enlicrado y listo para dejar todo sobre las
tablas y perseguir su sueño.
Por eso en el caso de Step Up no quedó de otra que
verla. Después de la coreo estamos en una fiesta de gueto con un montón de
afroamericanos cliché ‘gangsta rap’. Un
tipo grande (Mac Carter) coquetea con una hermosa damita en minifalda y llega
su hermano a dañarle el levante, un niño que en su atuendo es una ridícula
imitación de Flavor Flav con un apodo que enseña en su cinturón de bombillas
led: “Skinny”. “¿Dónde está Tyler?”, pregunta Mac, “Dónde crees”, responde su
hermano Skinny.
Ahí está Tyler, el tipo que esperábamos que fuera
también afroamericano es suficientemente caucásico como para hacer de alemán
nazi en otra peli mala, pero baila hip-hop con una compañera sexy del reparto
que resulta ser la chica de Omar. “Hey Omar, no te están respetando hermano”, y
Omar va a enfrentar a Tyler quien se defiende a golpes como un valiente blanco
en una fiesta de 200 raperos afroamericanos. Pero la riña termina porque Omar
que es mucho más gangster, saca su nueve milímetros y le apunta en la cara a Tyler
que de todas formas quiere lanzarle otro golpe, y lo hubiera hecho si Mac no lo
agarra y le dice “No vale la pena, Ty”.
Se van de la fiesta los tres, Mac, Tyler y Skinny y
ven pasar la 4X4 de Omar y Skynny le arroja una piedra que de suerte no le pega
pero que al buen experto de películas malas le lanza un tip, SPOILER ALERT:
Skinny va a morir en esta película, lo sabemos desde la primera secuencia de la
escena dos.
A una cuadra de la casa de crack donde se llevaba a
cabo la fiesta de la primera escena hay una “Escuela de arte de niños blancos
ricos” (algún problema de planeación urbana, seguramente) en la que los tres
irrumpen simplemente a hacer algo de vandalismo. Son atrapados por un guardia
de seguridad gordo pero Tyler se deja agarrar para que Mac y Skinny puedan
escapar porque él sabe que, tal y como nos enteramos en la siguiente escena,
que un blanco que irrumpa la propiedad privada y destruya todo se zafa con un
poco de trabajo comunitario. (Si hubieran agarrado a Mac o a Skinny, hubieran
pagado 20 o 30 años en prisión… bueno, Skinny no, porque hubiera muerto de
todas formas).
Ahora Tyler debe pagar su deuda con la sociedad
haciendo de conserje en la Escuela de Arte. Mientras limpia, Nora Clark (quien
estudia danza y su sueño es bailar desde que tenía 4 años) le echa el ojo pero
su amiga Lucy le recuerda “Tienes novio, recuérdalo” (así tal cual) y
probablemente eso impide que le salte encima al nuevo conserje y le arranque la
ropa.
Lucy es importante, no, no lo es, es una segundona
que está ahí para que tenga mini conflictos que hagan parte del subplot de la
peli. Está enamorada de otro tipo que es cantante y la cambia por la corista y
ella por fin ve que un joven productor de su escuela, amigo de Nora, siempre la
ha amado. En fin, son la pareja de afroamericanos que estudian en la Escuela de
Arte porque no se quiere mandar un mensaje erróneo de que sólo entran blancos a
estudiar allí.
Resulta que el compañero de baile de Nora se lesiona
y no puede acompañarla “en la presentación más importante de su vida”. ¿Ahora
quién va a ayudar a Nora? Nadie parece saber bailar en esa costosa escuela de
arte… “Yo puedo hacerlo”, dice el nuevo conserje/semiconvicto, Tyler Cage. Y sí
que sabe. Intercambian pasos, él le enseña un poco de las movidas del ‘hood’ en
donde vive y ella le enseña a amar.
Un paso aquí, un paso allá y esta pareja (que NADIE
veía venir) se forma. Pero Mac y Skinny están molestos con Tyler porque no ha
vuelto a jugar baloncesto con ellos y no han ganado suficiente en las apuestas.
Por supuesto que sí, Tyler juega mejor que Magic Johnson o que Woody en esa
película “Los blancos no saben saltar”.
Pero una noche en una fiesta, nuevamente en el gueto,
están reunidos todos y Tyler ha llevado al joven productor amigo de Nora quien
les enseña a los presentes que sí se pueden superar, incluso alguien menciona
que Tupac también fue a la escuela de arte. Mandan a dormir a Skinny porque no
quieren que esté en la fiesta hasta muy tarde y al parecer les parece menos
peligroso que un niño camine solo por las calles del peligroso barrio.
Skinny malhumorado ve que Omar (el gangster de la
primera escena) deja su camioneta encendida y con la puerta abierta y decide
robársela (ah sí, olvidé mencionar que uno de los oficios de Mac, Skinny y Ty
es robar autos). Skinny es baleado y Tyler jura vengarse bailando porque a Omar
ya lo arrestó la policía y “le darán 20 años”.
Llega el día de la presentación de Nora, ella y Ty se
lucen. Movimientos en cámara lenta, sincronía prefecta entre el ballet clásico
y el hip-hop-jazz fusión. Al final de la presentación, la directora de una
compañía de danza famosa le ofrece un papel a Nora y cuando pregunta por Tyler,
la directora de la Escuela de Arte dice que “es un alumno de intercambio” y al
oído le dice a Tyler que pase los papeles para que sea realidad, abriendo de
paso la puerta a una segunda parte. Por su parte, Mac seguirá también su sueño
y jugará para el equipo de baloncesto de su colegio (sobra decir que todos,
incluyendo a Skinny, parecen personas muy por encima de los 18 e incluso los 20
años).
No quiero adelantarme u ofender a los críticos
especializados, pero Step Up podría ser una referencia cinematográfica de gran
valor a futuro, cuando las nuevas generaciones entiendan su fuerza conceptual…
y vuelen los cerdos.
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